CS Lewis once said, “To love at all is to be vulnerable. Love anything and your heart will be wrung and possibly broken. If you want to make sure of keeping it intact you must give it to no one, not even an animal. Wrap it carefully round with hobbies and little luxuries; avoid all entanglements. Lock it up safe in the casket or coffin of your selfishness. But in that casket, safe, dark, motionless, airless, it will change. It will not be broken; it will become unbreakable, impenetrable, irredeemable. To love is to be vulnerable.” I can’t escape my humanity, that I’m a relational being; that I was wired for fellowship and friendship. No matter how many books I place as a fortress around myself trying to escape entrusting myself to people, especially those that love me, they must come down. One of the simplest, yet supreme sayings Paul ever uttered was when he told the Corinthian church to “pursue love” (1 Corinthians 14:1). That in everything they are and in everything they do, it is to be done through love (1 Corinthians 16:14). If it’s true that the foundation of me is Him and His love, which is true, then that means I should be vulnerable enough to trust in and follow through with what Jesus says: “love your neighbor as yourself” (Mark 12:31, Matthew 22:39). It’s not enough to love God alone, we are called to a much higher life, one in which because we are loved by God we now love people, which is a way of loving God. Books are beautiful, but not beautiful enough to surround myself with alone, they must come down, they have come down and I should, I must, we must continue to journey into foreign land.

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Los libros siempre han tenido una mejor idea sobre mí que las personas han tenido. No puedo recordar un momento específico dentro de mi vida en que me separé de la gente y elegí a mis libros, en que confiaba en mis libros más que en las personas, pero sé que muchos pequeños momentos me llevaron a un gran momento. Suena un poco contradictorio, porque los libros vienen de la gente, así que todavía estoy confiando en las personas. Lo que quiero decir es que aunque los libros no pueden hacerme daño, como la gente, que puedo confiar en lo que mis libros están diciendo sin tener que confiar en el escritor de lo que se dice. Al igual que una ciudad con sus paredes construidas alrededor de ellos, así estaba yo con mis libros construidos alrededor de mi, que en torno me evita tener que pasar por encima y viajar al país extranjero; gente.

CS Lewis dijo una vez, “Amar en absoluto es ser vulnerable. Amar cualquier cosa y su corazón se escurrido y posiblemente roto. Si desea asegurarse de mantenerlo intacto no se lo puede dar a nadie, ni siquiera a un animal. envolverlo cuidadosamente con pasatiempos y pequeños lujos; evitar todos los enredos encerrarlo seguro en el ataúd o féretro de su egoísmo Ponerlo en ese cofre, caja fuerte, oscuro, inmóvil, sin aire, que va a cambiar no se romperá…; llegará a ser irrompible, impenetrable, irredimible. amar es ser vulnerable. ” No puedo escapar de mi humanidad, que soy un ser relacional, que estaba atado con alambre para el compañerismo y la amistad. No importa cuántos libros que yo use como Fortaleza al tratar de escapar de encomendándome a la gente, especialmente aquellos que me aman, tienen que bajar. Uno de los más simples, sin embargo, dichos supremos de Pablo fue un discurso cuando le dijo a la iglesia de Corintios de “buscar el amor” (1 Corintios 14:1). Que todo lo que son y en todo lo que hagan, hacerlo a través del amor (1 Corintios 16:14). Si bien es cierto que el fundamento de mi es Él y de su amor, lo cual es cierto, entonces eso significa que debería ser lo suficientemente vulnerables a confiar y seguir adelante con lo que Jesús dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:31, Mateo 22:39). La forma en que me tomo en cuenta, que debería estar haciendo lo mismo para cualquier cosa fuera de mí mismo; mi vecino. No es suficiente amar sólo a Dios, estamos llamados a una vida mucho más alta, una en el que debido a que somos amados por Dios ahora amamos a la gente, que es una forma de amar a Dios. Los libros son hermosos, pero no lo suficiente hermoso para rodearme de ellos solo, tienen que bajar, ya han bajado y que debería, tengo, hay que seguir el viaje en tierra extranjera.