Stop Comparing Yourself

Recently a friend of mine was on facebook. As she scrolled down the page to look at the news feed she came upon a post of a friend, she started to read about their family and their successes. As she continued reading her mind started to wander off as to when she too would have those very things in life. She was very happy for the couple but still her heart was saddened with the idea that she was not yet there in her own life. Have you ever done that? Have you ever looked at someone else’s life and begin to ask yourself when will it be my turn? After a few short moments of thinking that way you start to feel sad for your life and situation. Sometimes we even get very angry at God for the waiting, for not doing the miracle, for not fulfilling our desires.

We all have these timelines in our minds as to when we will finish school or college, for when we will be married or have kids or even retire. I am not saying it is wrong to have goals or want to be a better person or have better things. But to often than not we compare ourselves with other people and their lives. Our focus gets off track, causing our emotions to take over. Now we know that can’t be a good! Our lives are not to look like anyone else except our own. God is the one who wrote our story out before we lived a single day of it. He knows all we are suppose to have and be. For people looking into our lives may say it’s to late, or they look at us with disappointment. We may be looking ourselves in the mirror every morning thinking we may be happy or complete once we obtain certain desires. Realty is our joy, identity and blessings are only found in Christ Jesus, not in anyone or anything else.

Word of advice: STOP comparing yourself and your life to someone else and their life, or your spirit will just wynd up down cast. I leave you with this verse:

Am I now trying to win the approval of human beings, or of God? Or am I trying to please people? If I were still trying to please people, I would not be a servant of Christ. – Galatians 1:10
 
 
 
Deja De Compararte

Recientemente un amiga mío estaba en Facebook. Mientras se desplazaba hacia abajo en la página para ver las noticias, se encontró con una publicación de un amigo y comenzó a leer sobre su familia y sus éxitos. Mientras continuaba leyendo, su mente comenzó a preguntarse cuándo ella también tendría esas mismas cosas en la vida. Estaba muy feliz por la pareja, pero aún así su corazón estaba triste con la idea de que todavía no estaba allí en su propia vida. ¿Alguna vez has hecho eso? ¿Alguna vez has mirado la vida de otra persona y comienzas a preguntarte cuándo será mi turno? Después de unos breves momentos de pensar de esa manera, comienza a sentirse triste por su vida y situación. Algunas veces incluso nos enojamos mucho con Dios por la espera, por no hacer el milagro, por no cumplir nuestros deseos.

Todos tenemos estos plazos en nuestras mentes en cuanto a cuándo terminaremos la escuela o la universidad, para cuándo nos casaremos o tendremos hijos o incluso nos jubilaremos. No digo que sea incorrecto tener objetivos o querer ser una mejor persona o tener mejores cosas. Pero a menudo nos comparamos con otras personas y sus vidas. Nuestro enfoque se desvía, haciendo que nuestras emociones se hagan cargo. Ahora sabemos que eso no puede ser bueno! Nuestras vidas no se parecen a nadie más que a la nuestra. Dios es quien escribió nuestra historia antes de que viviéramos un solo día. Él sabe todo lo que se supone que debemos tener y ser. Las personas que miran nuestras vidas pueden decir que es demasiado tarde o mirarnos con desilusión. Es posible que nos miremos en el espejo todas las mañanas pensando que podemos ser felices o completos una vez que logremos ciertos deseos. La realidad es que nuestra alegría, identidad y bendiciones solo se encuentran en Cristo Jesús, no en nadie ni en ninguna otra cosa.

Un consejo: DEJA de compararte a ti mismo y a tu vida con otra persona y su vida, o tu espíritu simplemente se desanimará. Yo dejo con este verso:

¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo.- Gálatas 1:10 (NVI)

^